Mefítidos Mephitidae
Origen y particularidades
Los mefítidos (Mephitidae) son una familia de mamíferos omnívoros conocidos como zorrillos, zorrinos, mapurites, mofetas, epates o chingues. Hasta hace poco, las mofetas se clasificaban como una subfamilia de los Mephitinae, pero las investigaciones moleculares les han otorgado una familia aparte.
Los Mephitidae son fácilmente reconocibles por su coloración distintiva, que consiste en rayas o manchas blancas sobre un fondo negro; estos patrones brillantes sirven de advertencia a posibles depredadores. El hecho es que todos los animales de esta familia tienen glándulas anales olorosas, que segregan una sustancia punzante con un olor repugnante persistente, y las mofetas son capaces de rociar este secreto a una distancia de hasta 6 metros. Las mofetas no suelen intentar esconderse de sus enemigos. En cambio, la bestia levanta primero su esponjosa cola y de vez en cuando pisa el suelo con sus patas. Si la advertencia no sirve de nada, la mofeta se vuelve de espaldas a su adversario y le «dispara» un líquido aceitoso y amarillento, normalmente apuntando a los ojos. Si entra en contacto con sus ojos, este líquido provoca una sensación de escozor e incluso ceguera temporal. Pero las mofetas tienen un suministro limitado en sus glándulas, que sólo dura 5 o 6 «cargas», tras las cuales necesitan unos 10 días para recuperarse. Por ello, las mofetas se resisten a agotar sus «cargas», prefiriendo asustar a los posibles depredadores con su colorido contrastado y sus posturas amenazantes. Las mofetas son robustas, con una cola esponjosa y extremidades cortas con poderosas garras para cavar.
Hábitat
Los mefítidos se encuentran casi exclusivamente en el Nuevo Mundo y habitan una gran variedad de paisajes, como bosques, llanuras cubiertas de hierba, tierras de cultivo y tierras altas. Estos animalitos son nocturnos y suelen cavar sus propias madrigueras u ocupar las de otros animales.
Alimentación y reproducción
Los mefítidos son depredadores omnívoros: se alimentan de plantas, gusanos, insectos y otros invertebrados, así como de pequeños vertebrados: serpientes, aves y sus huevos, roedores. En las zonas septentrionales del área de distribución, las mofetas acumulan reservas de grasa y se vuelven inactivas en invierno y no abandonan sus refugios, saliendo a alimentarse sólo cuando hace más calor.
Los mefítidos pasan el invierno en madrigueras permanentes en grupos formados por un macho y varias hembras (hasta 12); durante el resto del año son mayoritariamente solitarios, aunque no se aterrorizan ni marcan los límites de su territorio. Los mefítidos tienen un buen sentido del olfato y del oído, pero una mala vista (no pueden distinguir objetos situados a más de 3 m de distancia). Su camada contiene entre 2 y 10 crías, que nacen ciegas y desnudas, pero con glándulas olfativas desarrolladas. Durante la primera semana de vida son completamente indefensos y dependientes de la madre, pasando a ser independientes a los dos meses. Los machos no participan en el cuidado de sus crías y pueden incluso matarlas.
