El oso polar u oso blanco Ursus maritimus
El hábitat permanente del oso polar son los hielos costeros de los continentes y de las islas y la estrecha franja de costas árticas. El oso polar (Ursus maritimus) es el animal más grande no sólo entre los osos, sino también entre todos los carnívoros. La longitud del cuerpo de algunos machos alcanza los 3 metros, la altura, un metro y medio, y el peso, 800 kg; las hembras son más pequeñas y más ligeras. El oso polar tiene un torso alargado, estrecho en la parte delantera y masivo en la parte posterior, un cuello largo y móvil y una cabeza relativamente pequeña con ojos y orejas pequeños. Al nadar sus patas delanteras se usan como remos mientras que las traseras como volantes. La piel gruesa de color blanco puro lo enmascara perfectamente entre la nieve y le da la oportunidad de acercarse discretamente a la presa. Una capa de grasa de 3-4 cm salva al oso polar del frío y sirve como una despensa energética y también hace su cuerpo más liviano lo que le permite mantenerse a flote fácilmente.
El oso polar es el único representante de la familia que se alimenta casi exclusivamente de carne. Su principal presa son las focas, caza también las morsas, belugas, narvales y aves marinas. Su olfato es uno de los mejores entre todos los mamíferos pues es capaz de detectar la presa bajo una capa de hielo y nieve de un metro. Es el depredador muy inteligente y siempre evalúa la situación precisamente y utiliza diferentes formas de caza dependiendo de la situación.
En medio invierno ártico nacen los ositos indefensos pequeños, ciegos y sordos, cubiertos con la piel blanca rara. Todo el invierno la osa no come nada y vive con ayuda de sus reservas de grasa perdiendo al final casi la mitad de su peso. Los ositos se desarrollan muy lento, empiezan a ver y oír a la edad de un mes, y los dientes se les aparecen después de un mes más. Por este momento, los ositos comienzan a salir de la guarida, pero sólo podrán seguir a su madre a la edad de 3 meses. Los machos no ayudan a las hembras en criar a los hijos, y además pueden comerlos, pues el canibalismo no es raro entre los osos. Después de dos años, la madre y los hijos se vuelven prácticamente iguales en tamaño (los machos jóvenes a menudo son mayores que ella) y en este momento se separan.