El cerdo hormiguero u oricteropo Orycteropus afer
Apariencia
El cerdo hormiguero u oricteropo (Orycteropus afer) es una especie de mamífero tubulidentado de la familia Orycteropodidae. El cerdo hormiguero es el único representante de un orden, una familia y un género. Es un animal raro y completamente único. Externamente, el animal parece estar compuesto por varias especies diferentes. Su enorme cuerpo se asemeja al de un cerdo, lo que probablemente explica el origen de su nombre local, que significa «cerdo de tierra». Pero el cerdo tiene unas pronunciadas orejas de burro de hasta 22 cm de longitud, una ancha cola que se arrastra por el suelo, el hocico estirado hacia delante y unos pies adaptados de algún mamífero de pezuña hendida, muy fuertes y con garras que se asemejan a pezuñas.
Los europeos conocieron el cerdo hormiguero por primera vez en 1719, cuando se lo describió el viajero holandés Kolb. Pero esta descripción era tan inusual que nadie creyó en la existencia de tal bestia hasta que fue traída a Europa. La existencia del cerdo hormiguero es todavía poco conocida, y a menudo se les confunde con los osos hormigueros, aunque en realidad estos animales no están relacionados en absoluto. El parecido entre ellas es puramente externo y se debe a que ambas se alimentan principalmente de hormigas y termitas.
El cerdo hormiguero es un animal grande, que mide alrededor de 1,5 m de longitud, con una cola fuerte y musculosa (más de 60 cm de longitud) y unos 60 cm de altura en los hombros, y que pesa hasta 82 kg (pero normalmente 50-70 kg). Sus extraordinarios dientes son tubos fusionados sin esmalte ni raíces, que crecen durante toda su vida. Su gruesa piel está cubierta de escasos pelos erizados de color gris pardo o amarillo apagado. Los científicos hicieron un descubrimiento sensacional recientemente, revelando que el ancestro común de todos los mamíferos se parecía mucho al cerdo hormiguero en apariencia.
Hábitat y modo de vida
Distribuido por toda el África subsahariana, Orycteropus afer habita en una gran variedad de paisajes, evitando únicamente los bosques densos. Es solitario y muy reservado. Este extraordinario animal pasa todo el día excavando, y sólo sale en busca de comida después de la puesta de sol, casi en completa oscuridad. Sus movimientos son lentos y torpes; a menudo se detiene apoyándose en su cola. El Orycteropus afer tiene un cerebro primitivo y una vista deficiente, pero su oído y su olfato están bien desarrollados. Al menor susurro sospechoso, se esconde en una madriguera y se entierra al instante. Si se le coge desprevenido, el Orycteropus se defiende con sus patas delanteras o cae de espaldas y se defiende con todas sus patas y su musculosa cola. Sus principales enemigos son el león, el leopardo y los perros hiena.
Durante la noche, Orycteropus afer puede recorrer hasta 12 km en busca de hormigas y termitas, que encuentra gracias a su buen olfato. Rompe sus nidos con sus poderosas patas y lame los insectos con su larga lengua móvil (¡hasta 30 cm!) cubierta de saliva pegajosa. Por lo general, el Orycteropus afer se traga las hormigas y las termitas enteras, digiriéndolas en su musculoso estómago. Sólo las hormigas de una especie mastican con sus molares. Orycteropus afer a veces come otros insectos, como langostas, así como frutas y bayas. En cautividad, comen gustosamente gusanos de la harina, carne, leche y fruta.
El Orycteropus afer es uno de los mejores animales excavadores. Puede excavar madrigueras de hasta 10 m de longitud, dispersas en su área individual de 2 a 5 km2. Cuando excava una madriguera es ágil con sus fuertes patas delanteras con garras, mientras que con las traseras lanza la tierra excavada muy atrás. La madriguera suele consistir en un sistema ramificado de largos túneles, pero si se utiliza como refugio temporal puede ser simple y pequeña. Esta bestia siempre sale de la madriguera con la cabeza hacia delante. El Orycteropus afer tiene adaptaciones especiales: sus largas orejas pueden plegarse sobre su espalda para evitar que el polvo y la suciedad se introduzcan en ellas al excavar. Una gruesa capa de pelo alrededor de sus fosas nasales sirve para el mismo propósito.
Reproducción
A principios de la temporada de lluvias, una hembra de Orycteropus afer da a luz a una, rara vez a dos crías que pesan aproximadamente 1,7 kg. Las crías nacen rosadas y sin pelo; no salen de su madriguera hasta pasadas unas dos semanas y luego empiezan a acompañar a su madre. Alrededor de los seis meses de edad, la cría se separa y las crías cavan sus propias madrigueras.
Amenazas a la existencia
Por desgracia, los Orycteropus afer son cazados. Se les mata por su carne y su piel, que se utiliza mucho para hacer sillas de montar, cinturones y pulseras. No es de extrañar que el número de estos animales únicos esté disminuyendo en todas partes; y en muchas partes de África ya han sido exterminados.
