¡Bienvenidos al Reino animal!
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El pez loro (la familia Scaridae o escaros)

Scaridae o escaros, conocidos comúnmente como pez loro, son una familia de peces marinos incluida en el orden Perciformes. La mayoría son especies tropicales, distribuidas en arrecifes de coral del mar Rojo, océano Atlántico, océano Índico y océano Pacífico. Su nombre deriva del griego skairos, que significa saltar, debido a su capacidad para saltar y golpear con la cola.1 Son muy parecidos a la familia de los lábridos.

Se les denomina peces loro por su particular dentición: sus numerosos dientes se agrupan en un paquete compacto fusionados en una estructura que se asemeja al pico de los loros, que usan para roer el coral y rocas, arrancando así las algas de las que se alimentan. No son totalmente herbívoros, pues también roen pequeños invertebrados moluscos que viven entre el coral. Tras digerir los trozos de roca y coral que comen, defecan un subproducto muy parecido a la arena, siendo una importante fuente de la arena que se acumula en las playas de islas y atolones en los arrecifes coralinos.

Muchas especies presentan llamativas coloraciones, por lo que son muy apreciados en acuariología marina. Sin embargo su mantenimiento es muy dificultoso, pues su necesidad de roer coral vivo hace que su crecimiento en acuario sea muy lento, aparte de que pierden en cautividad parte de su fuerte coloración.

Géneros y especies

Existen unas 90 especies agrupadas en 10 géneros, entre las más importantes están:

  • Género Bolbometopon
    • Bolbometopon muricatum (Valenciennes, 1840) - Loro cototo verde.
  • Género Calotomus
  • Género Cetoscarus
    • Cetoscarus bicolor (Rüppell, 1829) - Loro de manchas rojas.
  • Género Chlorurus
    • Chlorurus bleekeri (de Beaufort, 1940).
    • Chlorurus strongylocephalus (Bleeker, 1854).
  • Género Cryptotomus
  • Género Hipposcarusy
  • Género Leptoscarus
  • Género Nicholsina
    • Nicholsina denticulata (Evermann & Radcliffe, 1917) - Loro, loro de diente flojo, pococho beriquete.
    • Nicholsina usta
  • Género Scarus
    • Scarus coelestinus (Valenciennes, 1840) - Guacamaya negra, loro de medianoche.
    • Scarus ghobban (Forsskål, 1775) - Loro barba azul.
    • Scarus gibbus (Rüppell, 1829) - Loro dentón.
    • Scarus guacamaia (Cuvier, 1829) - Guacamaya, loro guacamayo.
    • Scarus oviceps (Valenciennes, 1840)
    • Scarus prasiognathos (Valenciennes, 1840) - Loro etobón.
    • Scarus rivulatus (Valenciennes, 1840) - Sigano jaspeado.
    • Scarus rubroviolaceus (Bleeker, 1847) - Loro bicolor, loro violáceo.
    • Scarus taeniopterus (Desmarest, 1831) - Jabón, loro listado, loro ñángaro, loro princesa.
    • Scarus vetula (Bloch & Schneider, 1801) - Jabón, loro listado, lor perico, loro reina.
  • Género Sparisoma
    • Sparisoma cretense (Linnaeus, 1758) - Vieja colorada.
    • Sparisoma rubripinne (Valenciennes, 1840) - Loro aletirojo, loro basto, loro pardo.
    • Sparisoma viride (Bonnaterre, 1788) - Jabón, loro, loro colorado, loro verde, loro viejo.

En la Antigüedad

Poseemos mucha documentación antigua sobre el escaro. Esta especie gozaba de un gran prestigio en la Antigüedad pese a que actualmente su popularidad se haya visto reducida. Sólo una variedad de este pez tiene por hábitat el mar Mediterráneo (Scarus cretensis o Sparisoma cretense); su pesca era inusual en comparación a otro tipo de peces, lo que lo hacía un alimento de clases altas (a pesar de su sabor insípido).

Los antiguos elogiaban al escaro e incluso han llegado a atribuirle algunas características especiales. Aristóteles o Plinio el Viejo (en su obra Naturalis Historia) han hecho referencia a la antigua creencia que afirmaba que se trataba de un pez rumiante de algas y vegetales marinos; también se ha llegado a decir que poseían voz, que era imposible pescarlo por la noche, o que incluso ayudaba a escapar del anzuelo a sus compañeros apresados.

Sobre su pesca, Marcial habla de un cebo de semillas de coriandro o mosca. También el retórico Claudio Eliano en su obra Sobre la naturaleza de los animales (en griego: Περὶ ζῴων ἰδιότητος Perí zóon idiótitos; en latín, De Natura Animalium o Historia animalium) comenta sobre la pesca del escaro un método que consiste en aprovechar el potente instinto de reproducción sexual del animal una vez capturada la hembra. El pescador la ata y la arrastra viva a modo de señuelo a través del agua sobre las zonas en las que suele haber escaros, haciendo que los machos la persigan hasta introducirlos en un garlito. Según el autor, por esta técnica de captura, los escaros son víctimas de sus arrebatos de amor al introducirse ellos mismos en la trampa. También, en la obra de Pseudo-Calístenes, Vida y hazañas de Alejandro de Macedonia, en una epístola del propio Alejandro a su maestro Aristóteles, con motivo de las maravillas y prodigios de las que fue testigo durante su gesta, habla del increíble tamaño de escaros que habitan el río Occlúadas, y de la necesidad, por parte de los nativos del lugar, de pescarlos con redes fabricadas con marfil.

Scarus zelindae en su capullo de moco

Algunas especies de peces loro, incluido el pez loro reina (Scarus vetula), segregan un capullo mucoso, sobre todo por la noche. Antes de irse a dormir, algunas especies expulsan moco por la boca, formando un capullo protector que envuelve al pez, presumiblemente ocultando su olor a posibles depredadores. Esta envoltura mucosa también puede actuar como un sistema de alerta temprana, que permite al pez loro huir cuando detecta que depredadores como las morenas perturban la membrana. La propia piel está cubierta de otra sustancia mucosa que puede tener propiedades antioxidantes útiles para reparar daños corporales o repeler parásitos, además de proteger de la luz ultravioleta.

Alimentación

El fuerte pico del Bolbometopon muricatum es capaz de triturar los corales más resistentes.

La mayoría de las especies de peces loro son herbívoras y se alimentan principalmente de algas epilíticas. A veces se alimentan de una amplia gama de otros organismos pequeños, como invertebrados (especies sésiles y bentónicas, así como zooplancton), bacterias y detritus. Unas pocas especies, sobre todo de mayor tamaño, como el pez loro jorobado verde (Bolbometopon muricatum), se alimentan extensamente de coral vivo (pólipos). Ninguna de ellas es exclusivamente coralívora, pero los pólipos pueden constituir hasta la mitad de su dieta o incluso más en el caso del pez loro jorobado verde. En general, se calcula que menos del uno por ciento de las mordeduras de los peces loro afectan a corales vivos y todos, excepto el pez loro jorobado verde, prefieren las superficies cubiertas de algas a los corales vivos. Sin embargo, cuando comen pólipos de coral, puede producirse la muerte localizada del coral. Su actividad alimentaria es importante para la producción y distribución de arenas coralinas en el bioma del arrecife, y puede evitar el crecimiento excesivo de algas en la estructura del arrecife. Los dientes crecen continuamente, reemplazando el material desgastado por la alimentación. Tanto si se alimentan de coral, roca o hierbas marinas, el sustrato es triturado entre los dientes faríngeos. Después de digerir las porciones comestibles de la roca, la excretan en forma de arena, ayudando a crear pequeñas islas y las playas arenosas. El pez loro jorobado puede producir 90 kg (200 lb) de arena al año. O, de media (ya que hay muchas variables, como tamaño/especie/ubicación/profundidad, etc.), casi 250 g (9 oz) por pez loro al día. Mientras se alimentan, los peces loro deben tener cuidado con la depredación de uno de sus principales depredadores, el tiburón limón. En los arrecifes de coral del Caribe, los peces loro son importantes consumidores de esponjas. Un efecto indirecto del pastoreo de los peces loro sobre las esponjas es la protección de los corales constructores de arrecifes que, de otro modo, serían invadidos por especies de esponjas de crecimiento rápido.

El análisis de la biología alimentaria de los peces loro describe tres grupos funcionales: excavadores, raspadores y exploradores. Los excavadores tienen mandíbulas más grandes y fuertes que pueden escarbar el sustrato, dejando cicatrices visibles en la superficie. Los raspadores tienen mandíbulas menos potentes que pueden dejar cicatrices visibles en el sustrato, aunque es poco frecuente que lo hagan. Algunos de ellos también se alimentan de arena en lugar de superficies duras. Los rastreadores se alimentan principalmente de hierbas marinas y sus epífitas. Las especies excavadoras maduras incluyen Bolbometopon muricatum, Cetoscarus, Chlorurus y Sparisoma viride. Todas estas especies excavadoras se alimentan como rascadores en los estadios juveniles tempranos, pero Hipposcarus y Scarus, que también se alimentan como rascadores en los estadios juveniles tempranos, conservan el modo de alimentación rascador cuando son adultos. Las especies rastreadoras pertenecen a los géneros Calotomus, Cryptotomus, Leptoscarus, Nicholsina y Sparisoma. Los modos de alimentación reflejan las preferencias de hábitat: los exploradores viven principalmente en el lecho marino herbáceo, y los excavadores y raspadores en los arrecifes de coral.

Recientemente, la hipótesis de la alimentación microfágica desafió el paradigma predominante de los peces loro como consumidores de algas al proponer que:

La mayoría de los peces loro son micrófagos que se alimentan de cianobacterias y otros microorganismos autótrofos ricos en proteínas que viven en sustratos calcáreos (epilíticos) o en el interior de sustratos calcáreos (endolíticos), son epífitos en algas o hierbas marinas, o endosimbióticos en el interior de invertebrados sésiles.

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