Los ctenodactílidos o gundis Ctenodactylidae
Los ctenodactílidos (Ctenodactylidae), conocidos vulgarmente como gundis, son una familia de mamíferos roedores pequeños y robustos propios de África.
Estos roedores norteafricanos tienen una complexión densa y tupida; su hocico es corto con largas vibrisas, sus orejas son cortas y redondeadas y sus ojos son grandes. Su aspecto se asemeja al de las cobayas o picas. Su longitud corporal es de 16 a 24 cm y la longitud de la cola de 1 a 5 cm; el peso varía de 170 a 200 g. Sus extremidades son cortas y fuertes, con suelas desnudas; cada una tiene 4 dedos armados con garras cortas pero muy afiladas. Los ctenodactílidos reciben su nombre por su peculiar cepillo distintivo de dos filas de cerdas duras y córneas y una fila de cerdas blancas suaves, parecidas al pelo, sobre los dedos de sus patas traseras. Este peine les ayuda a arrancar la arena suelta y a correr por ella. La cubierta de pelo de los ctenodactílidos es suave, sedosa y densa; la mayoría son de color marrón o gris.
Los ctenodactílidos se distribuyen en las montañas rocosas y semidesiertos del norte de África, desde Marruecos y Senegal hasta Somalia. Estos roedores son herbívoros. Son activos principalmente al atardecer o durante el día (pero entonces los animales mantienen su temperatura corporal corriendo constantemente de las zonas soleadas a la sombra). Suelen vivir en colonias.
El gundi común Ctenodactylus gundi
El gundi común habita en los desiertos y semidesiertos pedregosos del norte de África, que son llanos y de baja altitud (hasta 2400 m sobre el nivel del mar). Estos roedores se encuentran en el norte de Argelia, el sureste de Marruecos, Túnez y Libia. Sus cuerpos compactos varían en longitud de 16 a 20 cm, sus patas son cortas, sus orejas son planas, sus ojos son grandes y sus bigotes son largos. Tiene un pelaje muy suave y esponjoso, de color amarillo rosado, cuya suavidad se asemeja a la de una chinchilla. El Ctenodactylus gundi es ágil corriendo y trepando por rocas desnudas y por paredes casi verticales. Tienen almohadillas convexas desnudas en los dedos de los pies, lo que les ayuda a correr por las rocas. Los refugios del gundi común se encuentran en grietas, hendiduras y bajo las rocas, y no cavan agujeros. En invierno se acurrucan para mantenerse calientes.
Poco después de la salida del sol, se puede escuchar en las rocas la voz del gundi común, una especie de silbido y chillido que se asemeja a las llamadas de pequeños pájaros. Cuando los Ctenodactylus gundi salen de sus escondites y miran a su alrededor, toman el sol hasta que su temperatura corporal alcanza los 20° C y entonces comienzan a comer. Se alimentan de diversos granos, semillas y frutas. Los músculos masticadores del gundi están poco desarrollados debido a su tendencia a comer principalmente alimentos blandos. Los gundis no beben agua, obteniendo la humedad necesaria de las plantas que consumen. Cuando se sacian, proceden a hacer sus necesidades cepillando cuidadosamente su pelaje con las cerdas en forma de peine de sus patas traseras. Luego vuelven a bañarse en el sol: se extienden sobre una roca plana y se quedan quietos durante mucho tiempo bajo los rayos del sol de la mañana. Cuando el sol se eleva y el calor aprieta, los gundis se esconden en sus refugios y reaparecen cuando el calor disminuye, en las horas previas al amanecer.
El gundi común vive en pequeñas familias de 3 a 11 adultos, de los cuales entre uno y tres son machos. Estos roedores no tienen zonas definidas y durante su búsqueda de alimento se adentrarán en los territorios de sus vecinos sin causar ningún incidente. En caso de alarma, el gundi se monta sobre las patas traseras, mira a su alrededor y, al notar un peligro, desaparece instantáneamente en una grieta, emitiendo un breve silbido de alarma.
El periodo de reproducción del gundi se produce en primavera y a principios de verano. Las hembras producen una o dos camadas al año, dando a luz de 1 a 4 cachorros. El embarazo dura unas 8 semanas, las crías nacen completamente desarrolladas y, aunque permanecen con su madre durante unas semanas, comienzan a roer la hierba a partir de los 3-4 días de edad. El Ctenodactylus gundi tiene una vida de hasta 5 años.
