El tarro maorí, también oca del paraíso o tarro del paraíso (Tadorna variegata)
Apariencia
El tarro maorí, también oca del paraíso o tarro del paraíso, (Tadorna variegata) es un pato bastante grande, que alcanza una longitud de 63-71 cm. La especie se caracteriza por un marcado dimorfismo sexual: el macho tiene la cabeza y el cuello de color negro verdoso y el resto del cuerpo presenta un plumaje oscuro, mientras que la cabeza y el cuello de la hembra son blancos durante la época de celo.
Hábitat
Tadorna variegata es endémica de Nueva Zelanda. Curiosamente, antes de que los blancos colonizaran Nueva Zelanda, el área de distribución de esta especie se limitaba a la Isla Sur y al norte de 39°S, y era bastante rara. La conversión de los bosques en pastizales por el hombre hizo que la especie pudiera ampliar su espacio vital y hoy es común en toda Nueva Zelanda.
La Tadorna variegata suele encontrarse en casi todas las zonas utilizadas con fines agrícolas. Mientras que la Tadorna variegata solía habitar bosques con árboles viejos porque necesitaba árboles huecos para criar, en la actualidad sus lugares de nidificación más frecuentes son los tocones quemados que dejan los incendios al arrancar los troncos. En Nueva Zelanda también se pueden encontrar aves cerca de masas de agua dentro de los límites de las ciudades. Y aunque la lavandera neozelandesa es objeto de caza, su número sigue aumentando.
Reproducción y nidos
La Tadorna variegata puede utilizar pequeños estanques y marismas como lugar de nidificación, siempre que haya pastos cerca. Algunas aves habitan en estuarios y zonas ribereñas bajas. El ave también anida en la región alpina neozelandesa, en altiplanos con ríos de curso lento. La Tadorna variegata forma parejas permanentes, a veces de por vida. El ave elige su lugar de nidificación a veces hasta 2 meses antes de poner los huevos. Ambos miembros de la pareja lo defienden enérgicamente. Entre agosto y octubre, la hembra pone de 6 a 12 huevos blancos en un nido situado en huecos protegidos de árboles, madrigueras de conejos, bajo las raíces de árboles caídos o en grietas de rocas. Sólo la hembra incuba, pero el macho permanece cerca del nido y protege el territorio. Tras la eclosión de los polluelos, los conduce con la hembra.