El pavo doméstico (Meleagris gallopavo Linnaeus)
Domesticación
El pavo doméstico (Meleagris gallopavo Linnaeus) fue domesticado por los nativos de América del Norte, los indígenas mayas, hace más de mil años, mucho antes del descubrimiento del Nuevo Mundo por parte de Colón. Los indios consideraban al pavo como un ave sagrada que estaba asociada con el trueno y la lluvia, y era el principal pronosticador del clima. En el siglo XVI, los españoles, al ver esta asombrosa ave y apreciar su excelente sabor, introdujeron al pavo en Europa, donde pronto ganó una gran popularidad (en la década de 1530).
Descripción y particularidades
El pavo doméstico se parece mucho a su contraparte silvestre, pero se ve un poco más robusto y compacto debido a sus patas más cortas. Las aves silvestres son más inteligentes: a pesar de tener un peso más ligero y una cabeza más pequeña, sus cerebros son un 35% más pesados que los de los pavos domésticos. Durante la temporada de apareamiento, el macho acumula una capa de grasa significativa en su pecho, que puede llegar al 10% de su peso total. En este momento, el macho se infla, de ahí el dicho popular «hinchado como un pavo», y su plumaje se colorea con colores especialmente brillantes.