Víbora cornuda saharan o víbora cornuda del desierto (Cerastes cerastes)
Apariencia
Cerastes cerastes es una especie de víbora cornuda originaria de las partes desérticas del norte de África y del Oriente Medio. Es fácil de reconocer por la presencia de un par de "cuernos" supraoculares, si bien algunos especímenes no los tienen. No se conoce ninguna subespecie. Cerastes cerastes es una serpiente venenosa de 60-80 cm de longitud, con un cuerpo grueso y una cola corta y afilada. Por encima de los ojos tiene una escama vertical afilada que sobresale, la longitud de estas escamas es muy diferente. Las escamas de los lados del cuerpo son más pequeñas que las dorsales, fuertemente quilladas y dirigidas oblicuamente hacia abajo, formando una sierra a lo largo de cada lado. La coloración de la víbora bufadora es amarillo arena con manchas marrón oscuro a lo largo del dorso y a ambos lados del cuerpo.
Distribución y modo de vida
Esta serpiente habita en todo el desierto del Sahara y sus estribaciones adyacentes y sabanas secas, así como en la península arábiga. Durante el día se entierra en la arena o se esconde en madrigueras de roedores, y al anochecer sale a cazar pequeños roedores y aves. Los individuos jóvenes se alimentan de langostas y lagartijas.
Particularidades de movimiento y comportamiento
Cerastes cerastes se desplaza "de lado", lanzando hacia delante y hacia los lados la mitad posterior del cuerpo y tirando hacia arriba de ella la parte anterior. Al mismo tiempo, no deja un solo rastro en la arena, sino franjas oblicuas separadas en un ángulo de 40-60° con respecto a la dirección del movimiento, porque al "lanzarse hacia delante" la serpiente no toca el suelo con la mitad del cuerpo, apoyándose sólo en los extremos anterior y posterior del cuerpo. En el proceso de movimiento, Cerastes cerastes cambia periódicamente el "lado de trabajo" del cuerpo, moviéndose hacia delante del lado izquierdo al derecho. De este modo, se consigue una carga uniforme sobre los músculos del cuerpo con un método de movimiento asimétrico. Pequeñas escamas en forma de quilla, en forma de sierra situadas a los lados del cuerpo, la serpiente tiene un doble beneficio. En primer lugar, sirven como principal mecanismo de enjambre cuando la serpiente excava en la arena. La Cerastes cerastes separa las costillas, aplana el cuerpo y una rápida vibración transversal empuja la arena, "ahogándose" en ella literalmente delante de los ojos. Las escamas quilladas actúan en este caso como arados en miniatura. En 10-20 segundos Cerastes cerastes desaparece en la arena. Sólo queda un rastro de su hundimiento, bordeado por dos rodillos de arena, pero este rastro desaparece pronto bajo una ligera brisa. Una vez enterrada, la serpiente suele sacar ligeramente la cabeza de la arena, sólo lo suficiente para que sus ojos queden a ras de la superficie. Así, en la parte superior de la cabeza queda una fina capa de arena que la camufla. Además, las escamas quilladas sirven a la víbora para emitir una especie de sonido repelente. Acurrucada en un semianillo, Cerastes cerastes frota un lado del cuerpo contra otro, las escamas en diente de sierra raspan unas contra otras, emitiendo un fuerte crujido continuo. Este sonido es muy similar al siseo del agua derramada sobre una placa caliente. Un Cerastes cerastes perturbado puede "silbar" continuamente de esta manera durante 1-2 minutos. La serpiente utiliza este "silbido" para ahuyentar a sus enemigos, de forma similar al silbido vocal de la mayoría de las serpientes o al cascabel seco de las serpientes de cascabel.
Reproducción
La Cerastes cerastes es una serpiente que pone huevos, con una puesta de 10 a 20 huevos. De una nidada de huevos incubados a 28-29 ° nacen las crías a los 48 días.
Cerastes cerastes y simbolismo
La Cerastes cerastes ya era conocida por los antiguos egipcios. Fue esta especie de serpiente la que sirvió de base para el jeroglífico egipcio "phi". Probablemente, la elección de la serpiente para este jeroglífico se explica por la similitud sonora. Los encantadores de serpientes en Egipto, tanto antes como ahora, utilizan de buen grado en sus actuaciones, además de cobras, también Cerastes cerastes. Los "cuernos" de Cerastes cerastes son sin duda el atributo más espectacular de su aspecto, pero las escamas supraorbitales se expresan a veces muy débilmente. Por ello, algunos hechiceros, no contentos con el tamaño natural de los "cuernos", pegan las puntas afiladas de agujas de puercoespín sobre los ojos de sus "artistas" para asegurarse el éxito ante el público crédulo.