Asno salvaje africano Equus africanus
Equus africanus es una especie de équido a la que pertenecen tanto los burros domésticos como los asnos salvajes africanos. El asno salvaje o Asno africano (Equus africanus) es una especie del género Equus de la familia de los ungulados Equidae. Su forma domesticada ha desempeñado un importante papel histórico en el desarrollo de la economía y la cultura humanas. Hace unos 4,4-4,5 millones de años, según los genetistas, se originó el linaje de Equus que dio origen a todos los caballos, cebras y asnos modernos.
A diferencia del caballo, el burro tiene pezuñas adaptadas a los terrenos rocosos e irregulares. Ayudan a moverse con más seguridad, pero no son adecuados para el galope rápido. Sin embargo, en ocasiones, un burro puede alcanzar velocidades de hasta 70 km/h. Los burros proceden de países con un clima árido. Sus pezuñas no soportan bien el clima húmedo europeo y suelen formar grietas y agujeros profundos que esconden focos de podredumbre. Por ello, el cuidado de las pezuñas de los burros es extremadamente importante. Para ser justos, se herran con menos frecuencia que los caballos.
Los burros pueden tener el pelaje gris, marrón o negro, siendo raras las razas blancas. El vientre suele ser claro, lo mismo ocurre con la parte delantera del hocico y la zona que rodea los ojos. Los burros tienen una crin rígida y una cola que termina en una borla. Las orejas son mucho más largas que las de un caballo. Una estrecha franja oscura recorre la espalda. Algunas subespecies tienen a veces más rayas: una en los hombros y varias en las patas.
Dependiendo de la raza, alcanzan una altura de 90 a 160 cm y llegan a la madurez sexual a los 2-2,5 años. En principio, el apareamiento es posible durante todo el año, pero suele tener lugar en primavera. Tras un periodo de gestación de 12 a 14 meses, nacen una o dos crías, que a la edad de 6 a 9 meses se independizan.
Además de las diferencias externas con respecto a los caballos, también hay algunas características que no se aprecian a primera vista. Una de ellas es el diferente número de vértebras. Además, los burros sólo tienen 31 pares de cromosomas, mientras que los caballos tienen 32. Los burros tienen una temperatura corporal ligeramente inferior, con una media de 37 °C en lugar de 38 °C. Los burros también tienen un periodo de gestación más largo.
Al igual que en el caso de los caballos, hay que distinguir entre burros salvajes y asilvestrados. En su día, las distintas subespecies de asnos salvajes vivían en el norte de África y en Asia Menor, pero, como consecuencia de la domesticación, casi desaparecieron ya en la época de los romanos. En los tiempos modernos, sólo han sobrevivido en Etiopía, Eritrea, Yibuti, Somalia y Sudán; una pequeña población ha conseguido arraigar en una reserva natural de Israel. En la década de 1980 se estimaba que la población total de asnos salvajes era de miles de ejemplares y desde entonces ha disminuido aún más. En Somalia, los asnos salvajes han sido probablemente eliminados por completo como consecuencia de la guerra civil y la anarquía; en Etiopía y Sudán es probable que corran la misma suerte en un futuro próximo. El único país con una población de asnos salvajes relativamente estable es Eritrea, con unos 400 animales.
A diferencia de los Equus africanus originales, existen Equus africanus ex-domesticados en muchas regiones del mundo. Su área de distribución incluye los países que todavía tienen burros salvajes, lo que los zoólogos temen que pueda llevar a que los dos grupos se mezclen y destruyan la «pureza genética» del Equus africanus. Cerca de 1,5 millones de burros asilvestrados vagan por las estepas de Australia. En el suroeste de Estados Unidos hay unos 6.000 asnos asilvestrados, llamados burros, que están protegidos. Una de las pocas poblaciones europeas de Equus africanus se encuentra en Chipre, en la península de Karpas. Son de color marrón oscuro o negro y notablemente más grandes que otros burros. Suelen tener rayas de cebra en las patas.
