Los tapíridos Tapiridae
Área hábitat y apariencia
Los tapíridos (Tapiridae) son una familia de mamíferos perisodáctilos del suborden de los ceratomorfos, con un solo género actual, Tapirus. Sus parientes vivos más próximos son los rinocerontes. Los tapíridos son probablemente los más antiguos y primitivos de los ungulados no parasitarios. El nombre de estos animales significa «grasa» en la lengua de una tribu brasileña y lo obtuvieron por su gruesa piel. Los tapíridos se encuentran en Sudamérica y en el sudeste asiático, donde viven en bosques pantanosos y matorrales a lo largo de las orillas de ríos y lagos. Las 4 especies modernas son restos de un grupo que en su día fue inmenso y que se extendió por todo el hemisferio norte. El rasgo más llamativo de su estructura es una probóscide pequeña, alargada y móvil, formada por una nariz articulada y un labio superior y utilizada para recoger hojas o brotes jóvenes. Los tapíridos tienen cuatro dedos en las patas delanteras y tres en las traseras, y cada dedo termina en una pequeña pezuña. Esta estructura de las extremidades ayuda al animal a desplazarse por terrenos blandos y pantanosos. La cola de los tapíridos es corta y rechoncha.
Modo de vida
Estos antiguos animales son muy móviles y pueden saltar, arrastrarse bajo los árboles caídos y, a menudo, sentarse de espaldas, lo que no es característico de otros ungulados. Son excelentes nadadores y buceadores, pueden permanecer bajo el agua durante un tiempo sorprendentemente largo y siempre buscan refugio allí en caso de peligro. Los tapíridos, que viven cerca de ríos y lagos, pasan mucho tiempo en el agua, alimentándose de algas blandas. En los bosques, los tapíridos se alimentan de hojas de arbustos, frutas y bayas. Son principalmente activos por la noche y suelen esperar el calor del día tumbados o sentados en el agua.
Comportamiento social y reproducción
Los tapíridos viven en solitario y rara vez se presentan en grupos de más de tres. Su gestación es larga, de unos 13 meses. Las crías de los tapíridos no se parecen a los adultos y tienen una coloración protectora consistente en rayas y manchas longitudinales blancas sobre un fondo marrón oscuro; pasan sus primeros días en una zona protegida. A los seis meses de edad, el bello dibujo comienza a desvanecerse y al año de edad la coloración se vuelve igual a la de los adultos.
